Reconocer los signos de adicción a los videojuegos es el primer paso para abordar el problema. Los síntomas pueden incluir la necesidad constante de jugar, la incapacidad de reducir el tiempo de juego, y el uso de los videojuegos como una forma de escapar de la realidad. Además, las personas adictas a los videojuegos suelen mostrar irritabilidad cuando se les impide jugar, y pueden descuidar sus responsabilidades diarias, como el trabajo, la escuela, o las relaciones familiares.
Es importante que los padres, educadores y amigos estén atentos a estos signos y tomen medidas si sospechan que alguien cercano está luchando con una adicción a los videojuegos. Las conversaciones abiertas y el establecimiento de límites claros sobre el tiempo de juego pueden ayudar a reducir los riesgos asociados con la adicción.