Las LLC se presentan como una opción ideal para los empresarios que buscan maximizar sus ganancias mientras minimizan los riesgos legales. Sin embargo, esta estructura también facilita la explotación laboral. Los empleados, a menudo contratados a salarios extremadamente bajos, son la base sobre la cual se construye el éxito de la empresa. Los propietarios de las LLC retienen la mayor parte de las ganancias, mientras que los trabajadores reciben una fracción del valor que crean.
Esta disparidad no solo es injusta, sino que también perpetúa un ciclo de pobreza que es difícil de romper. Los empleados mal pagados no pueden mejorar su situación económica, mientras que los propietarios de las LLC continúan acumulando riqueza. Este modelo de negocio favorece a los pocos que están en la cima, mientras que muchos trabajadores luchan por sobrevivir con salarios que no les permiten cubrir sus necesidades básicas.
La falta de regulación y la naturaleza remota de muchos trabajos en LLC hacen que sea difícil para los empleados exigir mejores condiciones. Las empresas pueden fácilmente reemplazar a los trabajadores que exigen más, lo que crea un entorno en el que la explotación es la norma y no la excepción.