Vivimos en tiempos de reordenamiento mediático, de ubicuidad innovadora de las redes sociodigitales, de nuevos espacios entrópicos donde circulan velozmente las narrativas ciudadanas del prosumidor. En este entorno y con La transición desde el impacto causado por la disrupción digital que nubló la producción intelectual, devolviéndola al paradigma difusionista.es una buena alternativa para recuperar la experiencia latinoamericana-caribeña que, por su particular ubicación en el sur del continente, así como por la representación de los surs sociales y epistemológicos emergentes, constituyen los llamados Comunologías del Sur.
De la misma manera que las epistemologías del Sur, que según Boaventura de Sousa Santos, son más que conocimientos que se apropian de la realidad, son conocimientos que encarnan la realidad, las comunicologías del Sur simbolizan la construcción de la realidad a partir de las prácticas sociales, culturales, políticas y espirituales de los pueblos, naciones y regiones excluidas, manifestándose con sus propias representaciones del mundo, interpretaciones de sus vidas e imaginaciones de su futuro, para orientar presentes de resiliencia y horizontes transformadores que los representen con narrativas en sus propios términos y aspiraciones.
Para ser más precisos, Francisco Sierra afirma que las comunicologías del Sur son de una invariable identidad postcolonial, emancipadora y creativa, acorde con las nuevas demandas de la economía cultural del llamado capitalismo inmaterial. Por ello, son expresiones múltiples de los pueblos, naciones y regiones de los Sures epistemológicos, que desarrollan prácticas sociales y ejercen su derecho a hablar con construcciones discursivas, simbólicas y materiales, para nuevos órdenes de vida que los incluyan en la historia, reconociendo sus aspiraciones, sus esperanzas, sus sentimientos-pensamientos, sus visiones del mundo, su sabiduría y sus propuestas de sociedades con vida digna y justicia social, en armonía con todos los seres y con la naturaleza.
El (re)conocimiento de la presencia de las expresiones de los pueblos del Sur como sujetos de la historia, emergentes de su situación de desplazamiento, que implica el reconocimiento de sus formas de convivencia, sus prácticas solidarias y sus propuestas de sociedad, precede a los conocimientos, o más bien genera conocimientos y formas de comunicación que esperan ser sistematizadas e incluidas en la ecología de saberes, en un Sur donde las prácticas de comunicación están por delante de las teorías. Y actualizar las teorías implica hacerlo respondiendo al desafío de admitir que No hay ciencias sociales puras o neutrales, porque no son ajenas a los sistemas de valores y prácticas que buscan modificar las estructuras que han condicionado a los pueblos atrasados, pobres y dependientes..
Las comunicologías del Sur se diseñan entonces siguiendo la ruta de los saberes relevantes que circulan oralmente en los espacios cotidianos, o con representaciones mediadas en medios tradicionales que representan realidades materiales, o a través de redes sociodigitales que legitiman realidades virtuales, para conectarse desde estos diversos espacios de comunicación que se entremezclan con las socializaciones y construcciones sociales de la realidad en diferentes horizontes que la comunicación retoma, penetra y teje, desde una cosmología de la comunicación inclusiva del Sur.
Al igual que las epistemologías, las comunicologías del Sur pretenden superar la dicotomía jerárquica entre las epistemologías del Norte y del Sur, porque el Sur que se opone al Norte no es el Sur que el Norte creó y querría perpetuar como víctima, sino un sur que se rebela para superar el dualismo asimétrico existente, desde otra episteme, pluralista y equitativa. De lo que se trata es de borrar las jerarquías de poder que existen en las relaciones entre el Norte y el Sur, entre los países y dentro de ellos, de eso se trata.
En este sentido, América Latina, con el liderazgo del magisterio Luis Ramiro Beltránpropone las Políticas Nacionales de Comunicación, para superar las asimetrías informativas que tienen al Norte como transmisor conocido y al Sur como mero receptor pasivo. Busca una Nuevo Orden Mundial de la Información y la Comunicación (NOMIC), con los surs expresándose desde otras perspectivas y otros paralelos, alter(n)ativos, tomando un papel protagónico en las construcciones de imaginarios colectivos.
En la misma línea, nuestro continente es reconocido por su aporte a la epistemología y la comunicación con paradigmas que emergen desde los surs resilientes, opuestos, alterativos y alternativos a las asimetrías generadas en su (des)encuentro con los eurocentrismos. Entre estas propuestas, que recuperan estatus académico como respuesta válida en el contexto de la comunicación digital característico de estos tiempos, se encuentran las Comunicación alternativa que cuestiona el difusionismo proponiendo una comunicación horizontal y participativa, Comunicación popular que da sentido al protagonismo ciudadano y a la democratización de la palabra, la Mediaciones culturales que incluyen la vida cotidiana de las disputas de poder y la Comunicación para vivir bien/Buen vivir que establece las bases de la comunicación para una buena convivencia.
La aplicación de estos paradigmas es esencial para contribuir a rehumanizar la comunicación y la sociedad. Hablamos de un sistema educomunicacional transformador y liberador, que con sus metodologías participativas y dialógicas es inclusivo porque reconoce la diversidad, se adapta a las expectativas de la población y se desarrolla a lo largo de la vida.
*Sociólogo y comunicador boliviano