Estas reflexiones surgieron en mí a partir del documental Nahir Galarza: el secreto de un crimenNahir Galarza es un exponente de lo que puede llamarse destructividad parental, que se manifiesta en abuso, maltrato o abandono, y en muchos casos operan conjuntamente.
Nos trae reminiscencias del caso Katharina del período freudiano temprano en su Estudios sobre la histeria. Freud produce un relato vívido como los que se encuentran en las historias clínicas de ese período (1893-1895). Sus pacientes parecían sufrir situaciones traumáticas extremas reales, y que eso era causa de una profusa sintomatología histérica. Digo relato vívido por la minuciosidad de la interrogación que Freud señala en el texto y que lleva muy poco a poco en las conversaciones con Katharina (¿sesiones?) al recuerdo del tío que intenta abusar sexualmente de su sobrina. Eran los tiempos de Freud en que la causa eficiente funcionaba a través del recuerdo de la escena traumática, con esta modalidad de la función de la causa: si cesa la causa que se expresa en el recuerdo que viene, cesarían los efectos de las diferentes conversiones, que en conjunto definen lo que se llamó en esos primeros tiempos la histeria de conversión. Lacan en su Seminario de los Cuatro Conceptos lo remite a las categorías aristotélicas respecto a la causa: ablata causa tollitur efecto (eliminada la causa, desaparece el efecto). Su aspecto jurídico se encuentra como argumento en muchas sentencias.
Época en la que este tipo de situaciones de poder del adulto sobre el cuerpo del niño eran casi habituales, como se puede ver por ejemplo en el cine, en esa gran ficción de la autobiografía de Bergman que es Fanny y Alexanderer, o tocar los límites de la perversión que se ponen en pantalla en La cinta blanca La película de Michael Hanecke se plantea como una historia que precede, siguiendo la moral protestante, al inicio del nazismo. Está ambientada en 1913, y queda muy clara la brutalidad ejercida sobre los niños en la educación de aquella época. Nos muestra también la larga autobiografía de Thomas Bernhard, donde emprende el ejercicio ascético de relatar toda su vida como medio de autoanálisis, exorcismo y liberación, donde la infancia cobra un lugar relevante en su sufrimiento.
Volvemos al caso de Nahir, que está causando revuelo solo por el título de la causa: Galarza Nahir Mariana s/homicidio doblemente agravado. ¿Doblemente agravado? ¿Por qué? Fue hallada culpable del asesinato de Fernando Gabriel Pastorizza, ocurrido el 29 de diciembre de 2017. Fue condenada a prisión perpetua en primera instancia por homicidio agravado porque no solo lo mató sino que además tenía una relación estable con Fernando. La joven es la persona más joven condenada a prisión perpetua en la República Argentina.
En tu texto El incesto entre lo imposible y lo prohibidoNorberto Ferreyra explica cómo abordar el incesto: No reembolsarás tu producto, y este es un mensaje dirigido a la madre y a su producto como tal: un hijo o una hija. Esto quiere decir que algo que debería estar separado permanece unido, en muchos casos hay una imposibilidad de unir. Es a través de la voz del superyó que este plan ordena un sentido que tiene que ver con la ley que regula la posibilidad de la palabra, que es lo que se dice. El deseo de la madre no podría ser satisfecho porque es el fin, la abolición de todo el mundo de la demanda, que es lo que estructura más profundamente el inconsciente del hombre. Esto es lo que nos dice Lacan en el Seminario de ética Y de eso se trata la ley de prohibición del incesto.
¿Qué está pasando con la relación de Nahir con la Ley? ¿Es que Nahir no tiene ninguna relación con la Ley, o por qué se ve afectada por la Ley? Para empezar a intentar responder a esta pregunta desde algún lugar, y teniendo en cuenta el documental que hemos visto, nos resulta sospechosamente llamativo que la pronta confesión de Nahir en junio de 2018 del asesinato cometido y que varios años después se ampliaran una serie de detalles que se resumen en el relato de esa voz que la insta a Sube al taxi rápidamenteY es importante que este hecho no esté presente en relación con la escena del crimen. Vale decir que durante todo el proceso hasta el veredicto, los acusados podrían haber guardado silencio sobre los detalles de lo que sucedió esa noche. Silere no es tacere. El silencio no es callarse. Quienes tenemos experiencia en abusos, maltratos o abandono sabemos bien que los niños y jóvenes permanecen en silencio, y puede pasar mucho tiempo hasta que puedan contar los hechos de cualquier situación de abuso, ya sea en la infancia o la adolescencia. El caso de Katharina es un ejemplo de ello, ¿y por qué no lo iba a estar Nahir? ¿Se trata simplemente de vergüenza o bochorno para los demás? No se trata de eso, se trata de reconocer el dolor de que el Otro primordial, en este caso los padres, hayan fallado en su función, lo que los eliminaría totalmente como tales y tendrían que aceptar su inexistencia al nivel de desamparo al que siempre han estado expuestos, junto con el hecho de que sólo habían sido un objeto más de goce para sus padres.
También podemos suponer que Nahir necesitaba una relación transferencial con algún terapeuta para sacar a la luz ese lugar de desecho, de rechazo, de carroña, de basura en el deseo parental.
Anabel Salafia escribe sobre este tema: nos dice que la prohibición bíblica del incesto es el fundamento de una ética que nos impide confundir el abuso con el incesto. La pedofilia, continúa la autora, precisa que el abuso que un adulto hace del cuerpo de un niño produce un placer por la falta de conocimiento del niño y que puede constituir para el niño o para el joven un signo de amor. Aquí vale la pena recordar la frase de Lacan:“El goce del cuerpo del Otro no es signo de amor.” del seminario Aún.
En el caso de Nahir, aunque podamos tener dudas sobre la veracidad de los hechos, escuchando el relato de la joven y sus padres, no cabe duda de que existió esta tríada: abuso incestuoso, maltrato y abandono, que ya están en juego en las relaciones familiares.
Anabel Salafia distingue entre la experiencia aleatoria del abuso, que a menudo puede verse atenuada por sus consecuencias posteriores, y la que es perpetrada por los padres o miembros de la familia. En mi experiencia, muchos niños cuentan a sus padres que han sido abusados por personas ajenas al entorno familiar, pero se ignora el sufrimiento del niño. Esto complica la distinción entre lo aleatorio o lo ajeno al grupo familiar, entre lo que es abuso y el incesto. ¿Se está cumpliendo en este niño algún deseo parental oculto o reprimido?
Pero volvamos a Nahir. En las entrevistas, Nahir, según sus amigos, se ofrece a la promiscuidad y que disfruta inmensamente de los beneficios de la no legalidad parental en la adolescencia, y afirma haber sido abusada en la infancia y maltratada por su tío. ¿Tío – padre? Nos queda una pregunta. ¿Cómo se considera este hecho en la sentencia? No parece haber un estudio muy exhaustivo sobre patología parental, y la infancia de Nahir también importa, el peso de su hermano pequeño discapacitado al que conocemos bien trae a todo hermano sano grandes sentimientos de culpa inconsciente por el mero hecho de estar sano. Y el castigo podría buscarse inconscientemente.
La palabra está muy bien utilizada en el título del documental. secreto. Nahir guarda secretos que sólo su tratamiento podrá revelar. En las entrevistas del documental no se observan trastornos del habla ni alteraciones que hagan pensar en un diagnóstico de esquizofrenia, debilidad mental u otros, como se dijo en algún momento.
No descarto aquí que el asesinato de Fernando, si fue ella quien lo cometió, aun teniendo en cuenta que hubo descontrol por parte del joven, merezca una condena contundente. Nahir ha sido maltratada, no precisamente por Fernando.
¿Debe el asentimiento subjetivo a la culpabilidad del crimen tener un efecto que marque una diferencia en la definición de la pena? Pero aquí, dada una confesión tan rápida de Nahir, su veracidad es altamente sospechosa. ¿Qué papel tuvieron los maltratadores parentales, o los familiares, si los hubo? ¿Cómo se puede leer el amor -o el terror- de la persona maltratada, que intenta con su secreto no sentirse desalojado de su propio entorno, preservar a los padres que son lo único con lo que puede contar? Se sabe que la madre la visita todas las semanas, ¿intenta con esto atenuar su propia responsabilidad? El padre no duda de que merece el castigo, ¿se exime así de la suya? Dice en el documental: ““Haz lo que tengas que hacer, ve a donde tengas que ir, investiga lo que tengas que investigar”.
La sentencia se dictó en seis meses, del 29/12/2017 al 3/7/2018 y la confirmación de la sentencia del Tribunal Supremo en respuesta al recurso de inocencia de la defensa, teniendo entre los argumentos abuso sexual, abandono y malos tratos, ocurrió ahora, en julio de 2024. El supuesto frialdad calculada ¿La condena de Nahir por asesinato no merece que las cuestiones que estamos planteando se hagan al menos explícitas a pesar de la sentencia?
La Corte, la justicia de nuestro país, y no me refiero a la primera sentencia provincial, que es ciertamente precaria y quizás parcializada, ¿no debería abrir algunas otras instancias antes de confirmar la cadena perpetua?
Quizás todo lo que he dicho aquí es simplemente un retroceso en el tiempo, porque sabemos que la justicia en nuestro país está lejos de considerar la dignidad humana con la altura que merece.
El documental dice, no sé de dónde ha salido, que sin el psicoanálisis no habría sido posible este cambio en la capacidad de hablar de Nahir. Es mucho.
Alicia Hartmann es psicoanalista.