Como un déjà vu del verano pasado, una repetición difícil de explicar dado el tiempo transcurrido sin que el Gobierno haya tomado medidas concretas para evitarla. El mercado argentino se quedó sin repelentes cuando aún no habían llegado los mosquitos del dengueComo si fuera poco, la marca número uno enumeró una lista con aumentos de precios del 7 por ciento, casi el doble del IPC del INDEC.
La situación provocó conmoción en la Secretaría de Comercio y una seguidilla de reclamos desde la Casa Rosada a los funcionarios de la zona, quienes ahora presionan al gigante SC Johnson, dueño del 90 por ciento de la góndola y de la marca OFF, para que aumente la producción por cualquier vía. «Ya pagamos el costo político de no tener producto el año pasado, no puede volver a pasar», dijo. Página I12 Una alta fuente oficial, que sigue de cerca el tema, afirma que hasta el momento sólo algunas pymes proveedoras nacionales sostienen una demanda que, aunque lejos del pico, ya presenta serios problemas de abastecimiento.
En las últimas horas, el secretario de Comercio, Pablo Lavigne, y directores de Protección al Consumidor recibieron a autoridades de SC Johnson y destacaron la preocupación oficial por el desabasto. Salvo comercios de proximidad y algunas farmacias, la firma suministra el grueso del producto a grandes superficies e hipermercados agrupados en la Asociación de Supermercados Unidos (ASU). Allí, lo que llega se pone a la venta y se va en segundos. «Hay un efecto de acaparamiento, pero hay poco producto», aseguran. El desabastecimiento de los productos de Johnson no solo incluye repelentes en aerosol, sino también variantes en crema y comprimidos de las marcas Raid y Fuji. Lo único disponible, por ahora, son las espirales.
Fuentes cercanas a la empresa confirmaron a este diario que, de hecho, están produciendo el doble de lo que produjeron en todo el año pasado.También aclararon que la temporada alta de consumo solía ser entre diciembre y febrero, pero desde hace un tiempo se extendió de noviembre a abril. También facilitaron este dato a diversas cámaras que agrupan a empresarios. Por todo esto, aseguran que empezaron a producir con anticipación para tener stock para el verano. Nadie esperaba, a estas alturas, que hubiera un nivel de ventas tan alto. En el sector de consumo, en medio de la malaria, alguien se atrevió a bromear con el tema: “¿Ves? Todos dicen que las ventas de todo están cayendo, pero en repelentes hay una “V””.
Un problema para el Gobierno
El año pasado, apenas Milei asumió el cargo, el mercado colapsó por falta de repelentes y SC se vio obligada a importar más de lo esperado, pero fue demasiado tarde porque la demanda lo superó. Hoy, la situación es tensa: este diario ha podido saber que hay enojo en la Casa Rosada y en Comercio porque la ANMAT ha demorado el trámite de ingreso de una gran importación de repelentes OFF fabricados por un gran supermercado. Nadie sabe el motivo, pero el producto no puede ingresar, justo en un momento clave..
En paralelo, Según el Gobierno, hay otras multinacionales que tienen potencial para importar productos repelentes, pero no lo hacen.El gobierno no quiere revelar sus marcas, pero advierte que muchas de las grandes empresas venden en Brasil repelentes que no existen en Argentina. «Nos toman por tontos», se quejó un alto funcionario nacional al enterarse de las empresas que vendían en el país vecino lo que no venden en estos lares.
Mientras tanto, como la gente se va dando cuenta de que el verano será caluroso y trata de hacer compras preventivas de repelente, la demanda se sostiene con las aportaciones de empresas nacionales. «Estamos trabajando en varios turnos», explica a este diario un empresario conocedor del tema. Las alternativas que se ven en el mercado son las de las firmas Algabo (Vais) y Aktiol, fabricada por la empresa Queruclor. El problema es que, más allá de los esfuerzos, si SC Johnson no inyecta volumen al mercado, el escenario será igual de complejo que a fines de 2023.El año pasado, de hecho, ante un colapso de la oferta, se vio obligada a anunciar la importación de dos envíos procedentes de México y Polonia.
Los comerciantes aseguran que los precios de los repelentes para las pymes no han aumentado y se han comprometido a mantenerlos, pero les sorprendió la lista de aumentos del 7 por ciento que envió SC en las últimas horas. Hoy, el producto en aerosol cuesta entre 2 mil 500 y 3 mil 500 pesos, pero la marca más importante no existe en los anaqueles. Las variantes que había, las de crema, rondan los 9 mil pesos.