• Dom. Ene 19th, 2025

Adolfo Benjamin Kunjuk - Diario Personal

En este rincón digital, exploramos la vida cotidiana con un toque de ironía y humor sutil. Entre noticias y reflexiones, vas a encontrar historias que desnudan las contradicciones humanas, todo contado con la cercanía de una charla entre amigos. Desde lo absurdo de la tecnología hasta los grandes temas que parecen manejados por los que menos entienden, aquí las cosas se dicen como son, sin vueltas y con un guiño cómplice.

Regúlame otra vez | El sector audiovisual en crisis



El sector audiovisual en nuestro país es relevante tanto por sus implicaciones culturales y simbólicas como por su impacto en la actividad económica y el empleo. Sin embargo, Opera bajo un marco regulatorio que no refleja los cambios tecnológicos y de mercado de la última década.

Es por esto que las comisiones de Comunicaciones y de Informática y Cultura de Diputados comenzaron a debatir el tema. En particular, hay dos proyectos con validez parlamentaria: 1) Ley de Comunicación Audiovisual en Plataformas Digitales, impulsada, entre otros, por el diputado Pablo Carro (UxP) y 2) el proyecto del Espacio Audiovisual Nacional (EAN) denominado Ley Federal de Producción e Industria Audiovisual. Se presentaron referentes de la academia y un amplio abanico de representantes de trabajadores y empresas del sector. Diagnósticos que dan cuenta del estado crítico de la actividad en cine y televisión y la necesidad de un replanteo regulatorio en tiempos de plataformas de streaming..

Con los actores audiovisuales tradicionales en crisis desde hace años y el progresivo retiro del Estado, la producción audiovisual argentina es cada vez más una cuestión de plataformas, por lo que la actividad audiovisual local sigue cautiva de las demandas, los ciclos de producción y los modelos de producción. negocios de estas empresas, generalmente americanas. Según datos del Sindicato de Televisión (SATSAID), el número de Los rodajes de series para plataformas pasaron de 18 a cinco entre 2021 y 2023, mientras que para el primer semestre de 2025 solo hay dos rodajes para plataformas confirmados. En cuanto al cine, las perspectivas no son más alentadoras. Según cifras del Sindicato de la Industria Cinematográfica (SICA APMA) En 2023 se estrenaron 146 largometrajes, mientras que este año se proyecta llegar a solo 40 estrenos.

A lo anterior se suma la concentración de productoras locales que brindan servicios de producción a las plataformas. De un total de 48 series realizadas por productoras independientes argentinas por encargo de plataformas globales entre 2017 y 2023, el 50% fueron producidas por sólo cuatro empresas (Pampa Films, Kapow SA, Underground SA y K&S Films). La disminuida y espasmódica actividad, dependiente de las necesidades de las empresas globales y muy concentrada, subsume y precariza aún más a los trabajadores del sector.

Según le dijeron al periódico La Nación Para algunos directivos de las principales plataformas, producir en Argentina es “barato pero complicado”, por lo que en muchos casos También deciden trasladar todo o parte del rodaje a otros destinos, particularmente a Uruguay. De esta manera, aprovechan no sólo programas de incentivos fiscales y retornos parciales de inversiones, sino también la posibilidad de eludir las regulaciones laborales argentinas. “Se llevan la materia prima (actrices, actores, técnicos) para luego vendernos el producto terminado”, dice la Asociación Argentina de Actores y Actrices en un comunicado en relación a la serie Margarita (Max), también grabada, como tantas otras. , en Uruguay. .

Según datos de la consultora Omdia para 2023, todas las plataformas globales de video streaming invertirán al menos 2 mil millones de dólares en la producción de contenidos originales en América Latina; Netflix representa el 30% de esa inversión. Salvo en países donde tienen obligaciones de cumplir con un piso mínimo de producción local, en el resto del mundo la estrategia apunta a ganar la mayor participación de mercado posible (atraparlo todo). Para ello, intentan que sus catálogos sean atractivos tanto para quienes buscan una historia policíaca nórdica como un poco de nostalgia en el biopic de un ídolo popular. El morbo histórico e incluso las grandes tragedias nacionales son también recursos útiles a los que las plataformas aspiran y devuelven como bienes culturales portátiles y estandarizados, con altas probabilidades de ser distribuidos y aceptados en otros mercados internacionales.

En 2023, salieron del país 600 millones de dólares en importaciones de servicios audiovisuales digitales (pago de suscripciones a plataformas), según datos presentados en el congreso por Leandro González de la Universidad Nacional de General Sarmiento (UNGS). Esta salida de divisas permite a los suscriptores acceder a catálogos donde se encuentra la inmensa mayoría de productos audiovisuales de Estados Unidos y otros países, incluidos algunos de Argentina.

A pesar de ser una minoría en cantidad, Títulos argentinos generan interés entre los usuarios de esos servicios. Según cifras de consumo publicadas por Netflix, la semana del 16 al 22 de septiembre, los dos títulos argentinos más vistos en esa plataforma fueron producciones argentinas: envidioso (Kapow para Netflix) y Ángel Di María: Rompe el muro (PEGSA para Netflix).

Las plataformas obtienen aquí todos los recursos que necesitan para producir (historias, autores, actores, directores, técnicos), se vinculan de forma profundamente asimétrica con un puñado de productoras locales, trasladan los rodajes a lugares con labores menos “complicadas” regulaciones y Nos devuelven productos audiovisuales bajo el sello “Hecho en Argentina” por lo que entregamos dólares y derechos a perpetuidad. Es posible leer esta transferencia de recursos como parte de un modelo extractivo que reproduce desigualdades estructurales entre actores ubicados en el Norte y el Sur global.

A casi quince años de la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual, y ante una industria en crisis, la discusión sobre la actualización regulatoria de estos servicios es relevante tanto para recuperar la competitividad y el poder productivo, como para proteger la diversidad cultural. Mientras tanto, la intermitente y volátil prestación de servicios de producción a plataformas globales que aplican prácticas predatorias sobre nuestros recursos no parece una relación comercial razonable encaminada al desarrollo integral del sector audiovisual argentino.

*Becario postdoctoral del CONICET. Investigador del Centro ICEP (UNQ) y del Observatorio Iberoamericano de Ficción Televisiva (Obitel).

0
Would love your thoughts, please comment.x
()
x