Treinta y cuatro años después del asesinato de María Soledad Morales.sus compañeras de colegio, las chicas de 17 años que lucharon para que la verdad saliera a la luz, son los testimonios más importantes de la película documentaldirigido por Lorena Muñozsobre este feminicidio, que netflix se estrena el 10 de octubre.
“¿No tienes miedo de caminar sola por aquí?«, cuenta Fanny Mandelbaum lo que le preguntó el entonces gobernador de Catamarca Ramón Saadi en una de las entrevistas solo en su oficina. Extraña elección del diminutivo “slita”, ya que en aquella época el periodista Tenía más de 50 años. Ella no era exactamente una niña.al igual que los adolescentes, compañeros de María Soledad, que comenzaban a erigirse como enemigos públicos del poder provincial, con interés en encubrir el violación en grupo y feminicidio que había apuntado a María Soledad y que conmovió a todo el país.
Sus compañeros del colegio confesional fueron los impulsores del pedido de justicia. Eran menores de edad, la mayoría, cuando encabezaron las marchas exigiendo justicia para los feminicidioen un momento en el que esa cifra no existía.
El proceso judicial “detuvo el país”, se convirtió en un cuenca en la forma en que se conciben los delitos de esta naturaleza y también terminó en la intervención de la provincia. El gobernador que sugirió Fanny Mandelbaum No caminaba “solo” era un hombre de mucha confianza del entonces presidente Carlos Saúl Menemquienes lo protegieron hasta que se dio cuenta que el caso escalaba al punto de cuestionar al gobierno nacional. En ese momento le soltó la mano e intervinieron los tres poderes de la provincia, en una jugada que este diario tituló en su portada: «Adiós, hermano cruel».
En 1990dos días antes de cumplir 18 años, María Soledad Morales fue encontrada asesinada en un basurero y con signos de haber sido violada. Hubo dos juicios en el caso. La primera fue televisada y la segunda no. Hubo innumerables irregularidades, falsos testigos y la complicidad de una red entre la justicia, el gobierno nacional y provincial, los medios de comunicación -que Primero desconfiaron de la víctima.-, coordinaron para encubrir a los responsables.
María Soledad tenía 17 años y el El 7 de septiembre de 1990 fue la última vez que se la vio con vida.. Había ido a un baile -que se llamaba macabramente La noche de la sorpresa-. Esa noche se realizaría la elección de la “Reina de los estudiantes”. Las ganancias de esa fiesta iban a pagar el viaje de graduados de cinco estudiantes, incluida ella.
el periodista mariana montero se ocupó de la investigación de El fin del silenciodocumental dirigido por Lorena Muñoz (gilda, el potro, ausencia de mi), quien recuerda el impacto que tuvo en ella este caso porque tenía exactamente la misma edad que María Soledad en 1990.
Si en Argentina muere una mujer cada día, el feminicida es un hombre promedio. El documental los denomina ‘hijos del poder’ pero no les da perfiles extraordinarios.
“Recuerdo regresar a casa de la escuela para ver que estaba pasando ese dia con el juicio que fue televisado, para ver los enfrentamientos, para escuchar los testimonios, las marchas del silencio. También para mí fue ‘mi primer caso’, algo que sentí que me tocó internamente. Por ser tan público y por la identificación que generó”, recuerda Muñoz en conversación con Página 12.
Cuando se propusieron hacer El fin del silencioPara Muñoz, además de todo ese trasfondo de recuerdos adolescentes, la idea tocó otra fibra personal: en su familia también hubo un caso de feminicidio, Su bisabuela y su tía abuela por parte de madre fueron asesinadas en España en 1954.
Le pareció que, si bien el de María Soledad era Uno de los feminicidios más sonados en Argentina. -se publicaron libros y una película en los que se ficcionaliza la historia-, había un punto de vista que nunca había sido considerado -quizás como señal de anteojeras de época-. Esa versión era la de los amigos de María Soledad.
El punto de vista de sus compañeros, del último año de secundaria, nunca había sido investigado, en términos judiciales, comunicacionales y narrativos. Al menos no con sus voces en primera persona.
Los acusados fueron luis tulasu presunto novio, fue acusado de entregarla a Guillermo Luque —hijo del entonces diputado nacional Ángel Luque—, quien la llevó a una fiesta en la que participaban Pablo y Diego Jalil (sobrinos del alcalde de la ciudad), Arnoldito Saadi (primo del Gobernador Ramón Saadi) y Miguel Ferreyra (hijo del jefe de policía), donde varios hombres abusaron de ella. En 1998, ocho años después, Tula fue condenada a nueve años de prisión por ser partícipe secundario de la violación y asesinato, y Guillermo Luque fue sentenciado a veintiún años de prisión como autor material del delito.
“Fue una historia con tal repercusión que creo que en un momento ‘el caso’ le ganó al feminicidio. Ganó la ‘novela policíaca’. Volver con los amigos para que le cuenten a María Soledad es volver a ella hoy, a cómo sería hoy. Desde un punto muy cercano. Hay mucho material de archivo sobre Ada Rizzardo y Elías Morales, sus padres y lo importantes que fueron en la lucha contra la impunidad. Pero fuera de la madre, el padre y Marta Pellonila monja frente al colegio al que iba Soledad. Los amigos nunca tuvieron un lugar de protagonismo”, dice Muñiz sobre un crimen que representó toda la década del 90 en clave de El programa y las entrevistas con los acusados se convirtieron en combustible para los programas de chismes.
El documental trabaja con voces en off sobre material de archivo y entrevistas realizadas especialmente para la películaen especial a los compañeros de María Soledad, Martha Pelloni y periodistas que cubrieron el caso, para construir un relato coral.
»María Soledad es el símbolo de lo que las mujeres podemos hacer hoy con nuestra lucha», dice Martha Pelloni.
»De conversaciones con Rita Segato y leyendo Dora Barrancos, cuidé especialmente no espectacularicen el feminicidio. Atención en la forma de trato a la víctima y a los victimarios. No entres en detalles sobre lo que le hicieron. Y sí, entrar en detalles sobre quién fue y qué perdió», dice el director.
Si cada día muere una mujer en Argentina, El feminicida es un hombre bastante normal. Aunque el documental los denomina ‘hijos del poder’, no crea perfiles extraordinarios a su alrededor. Esa fue una decisión consciente de Muñoz: »hubo cuidado en relación a los asesinos de no darles un protagonismo que los hiciera espectaculares».
Sus amigas que hoy tienen más de cincuenta años. Todavía la recuerdan llorando. Incluso se sienten culpables, dicen en la película, que se sienten responsables. Rosana Medina dice “«Debí haberla acompañado o debí insistir más para que viniera a mi casa»..
El documental muestra cómo fue operado. hacer de María Soledad Morales lo que se considera una mala víctimay también de sus amigos. Por ejemplo, se dijo que «ella sabía que Tula estaba casada». Marilyn Varela, otra de sus amigas y portavoz del grupo, dice en un momento de la película «no les fallamos a los únicos», como si ellos también hubieran tenido esa responsabilidad.
“Realizar este documental – cree su director – nos permite desmantelar algo que todavía es una práctica común. Cuando volvemos a mirar estos materiales vemos cómo la Justicia cuestiona y pone las acciones de la víctima bajo la lupade un polluelo prácticamente, que fFue al baile con los únicos zapatos que tenía.que eran los que llevaba a la escuela todos los días”.
El fin del silencio es una producción de Red Creek y Néctar Films, con Iván Entel, Nicolás Entel, Andrea Cipelli y Alex Zito como productores ejecutivos. Estreno en Netflix: 10 de octubre.