Dos animales independientes pueden fusionarse en uno para asegurar su subsistencia. Esto es cierto, al menos, para las «medusas peine». Un estudio reciente encontró que uno puede combinarse con otro y unir sus tractos digestivos para compartir alimentos del mar. Esta es la primera vez que los biólogos logran inducir este tipo de reacción biológica en un organismo complejo.
Los biólogos japoneses y británicos descubrieron que Mnemiopsis leidyi, una ‘medusa peine’, carece de alorreconocimiento. Esta característica del sistema inmunológico de muchos organismos complejos es responsable de identificar el tejido extraño como invasor y desencadenar una respuesta de combate para expulsarlo o eliminarlo. Se trata de la capacidad del cuerpo para distinguir entre uno mismo y los demás. Se debe al alorreconocimiento que los trasplantes de órganos en personas tienen una alta tasa de rechazo.
El Mnemiopsis leidyi De hecho, son ctenóforos, no medusas. Aunque similares en apariencia, pertenecen a filos diferentes. Los ctenóforos se mueven utilizando estructuras alargadas en forma de peine, mientras que las medusas nadan contrayendo su estructura en forma de campana. Los ctenóforos atrapan a sus presas con una especie de pegamento en su cuerpo.
Había puesto dos medusas aquí…
La investigación se originó por casualidad. Los científicos responsables explican que durante la recogida de las ‘medusas peine’, dos de ellas resultaron heridas. Para recuperarse, fueron separados del resto en un tanque especial. Al día siguiente, ambos Mnemiopsis leidyi Habían desaparecido, formando un nuevo organismo con dos colas y un único sistema nervioso.
Con estos antecedentes, los científicos diseñaron un experimento para reconocer las capacidades de alorreconocimiento de estos organismos. A algunos les quitaron los lóbulos y los colocaron en parejas. En el 90% de los casos, los ctenóforos se fusionaron en unas pocas horas. Al principio, los cuerpos tenían movimientos independientes, pero pronto las contracciones musculares se sincronizaron como las de un solo ser. Las ‘gelatinas de peine compuestas’ vivieron más de tres semanas.
La fusión no es exactamente simétrica anatómicamente hablando. Aunque los tractos digestivos se volvieron uno, el sistema excretor de las medusas siguió funcionando de forma independiente.
Los ctenóforos se fusionan fácilmente, pero el resultado presenta varios desafíos para la especie. Por lo tanto, no está claro si el fenómeno que se observó es una estrategia de supervivencia o simplemente una coincidencia debido a la relación entre ellos. Algunos biólogos que no participaron en el experimento creen que podrían ser medusas peine hermanas. Los estudios futuros deberían tener en cuenta Mnemiopsis leidyi no relacionado.
El descubrimiento ha entusiasmado al equipo de biólogos marinos. «Los mecanismos de alorreconocimiento están relacionados con el sistema inmunológico, y la fusión de los sistemas nerviosos está estrechamente relacionada con la investigación sobre la regeneración. Desentrañar los mecanismos moleculares subyacentes a esta fusión podría hacer avanzar estas áreas cruciales de investigación», dice Kei. Jokura, coautor de la investigación publicada en Biología actual.