No es necesario explorar las profundidades del océano o la superficie de Marte para descubrir formas de vida desconocidas. A veces basta con fijarse bien en los productos que utilizamos en el lavabo o en la bañera. Un estudio reciente de la Universidad Northwestern encontró hasta 600 virus habitando en un solo cepillo de dientes. La gran mayoría de estos microbios son desconocidos para la ciencia.
Para comprender qué tipo de organismos se encuentran en una casa típica, un equipo de científicos investigó los lugares donde la gente se lava a diario. Para ellos, el camino de la vida es claro: prefieren lugares húmedos y con poca luz solar. Por ello, acudieron a su baño para tomar muestras de cepillos de dientes y cabezales de ducha.
La secuenciación del ADN de estas muestras reveló un mundo microscópico que habita en utensilios de higiene personal. Las pruebas confirmaron la presencia de más de 600 virus diferentes en cada muestra, con una diversidad única en cada uno. Los cultivos eran como pequeñas islas con su propia población, dicen los expertos.
“Encontramos muchos virus de los que sabemos muy poco y muchos otros que nunca antes habíamos visto. Es increíble la cantidad de biodiversidad sin explotar que nos rodea. Y ni siquiera tienes que ir muy lejos para encontrarlo; Está justo delante de nuestras narices». dijo Erica M. Hartmanndirector del estudio.
Una comunidad de bacteriófagos en tu cepillo de dientes
Los virus encontrados son bacteriófagos, una clase especial de microbio que ataca a las bacterias mediante infección y replicación. Son extremadamente específicos acerca de los microorganismos que infectan, por lo que no suponen un riesgo para los humanos. Los cepillos de dientes pueden albergar cientos de bacteriófagos, pero los responsables del estudio aclaran que la gente no debe alarmarse. Casi todos ellos no afectan la salud humana.
La medicina lleva décadas investigando los bacteriófagos por su capacidad para combatir infecciones en humanos. Sin embargo, el progreso en su comprensión se desaceleró porque los antibióticos fueron descubiertos y desarrollados primero. Las políticas sanitarias del siglo XX estuvieron orientadas al uso de sustancias como la penicilina en lugar de bacteriófagos. Sin embargo, con el auge de las bacterias resistentes a los antibióticos, la conversación sobre el uso de virus que ataquen a otros microorganismos ha vuelto a cobrar relevancia.
Paradójicamente, el descubrimiento de estas comunidades microbianas en los utensilios del baño podría conducir al desarrollo de técnicas para mejorar la limpieza del ecosistema. Los nuevos bacteriófagos encontrados podrían utilizarse, por ejemplo, para limpiar las tuberías de patógenos peligrosos para las personas. A las bacterias les gusta Escherichia coli, Salmonella, Staphylococcus aureus y Pesudomonas aeruginosatodos ellos causantes de infecciones graves, son conocidos habitantes del baño.
«Los gérmenes están en todas partes. La gran mayoría de ellos no nos enfermarán. Cuanto más los ataquemos con desinfectantes, más probabilidades habrá de que desarrollen resistencia o sean más difíciles de tratar. Todos deberíamos aceptarlos», afirmó Hartmann.
Para la correcta conservación de los cepillos de dientes, los expertos ofrecen algunos consejos imprescindibles para prevenir infecciones: guardarlo en posición vertical, evitar compartirlo con otras personas, desinfectarlo con luz ultravioleta y cambiarlo cada tres o cuatro meses son los más efectivos.