Más de 30 docentes renunciaron a la Facultad de Veterinaria de la UBA. La caída salarial de casi el 40% inició un proceso de vaciado de las universidades públicas. Este es un fenómeno que está empezando a crecer en todo el país. Las universidades no son edificios y laboratorios, son sus profesores, no profesores, investigadores; Los estudiantes lo saben y por eso las adquisiciones de facultades por parte de centros de estudiantes están muy extendidas. El movimiento estudiantil vuelve al primer plano de la política nacional. Milei despertó a un gigante que parecía dormido, un sujeto social de 2.200.000 personas.
En la misma semana encontramos la otra cara de la misma moneda. En San Pedro, provincia de Buenos Aires, un porcentaje increíblemente alto de la población comenzó a apostar, encontró en las apuestas por criptomonedas la posible salvación a sus problemas económicos, y algunos fueron aún más lejos, apostando todos sus ahorros a pegar un jonrón. Gente que vendió su auto, un padre joven que puso 12 millones de pesos, todos sus ahorros; Muchos otros se endeudaron en el banco para invertir siguiendo los consejos de la misteriosa “china”, a quien nadie conoce pero le confiaron todo, los ejemplos se multiplican. Muchos todavía no pierden la esperanza de recuperar su dinero.
Pero no fue sólo en San Pedro, la misma organización dedicada a la venta de espejos de colores logró colarse en Salta, Santiago del Estero y quién sabe cuántos pueblos y ciudades más. La gente está dispuesta a especular y apostar, o también podríamos decir que la gente está desesperada. Hay una mezcla de todo. Lo cierto es que hay una gran confusión y las fuerzas del mercado están mostrando su verdadera cara: sálvese quien pueda, y cada vez son menos los que se salvan y son más los que acaban hundiéndose.
Sería un gran error no ver en este caso el ejemplo de algo más profundo, un hilo del que tirar hasta encontrar un núcleo oscuro y triste. Es más fácil en la Argentina de hoy creer en la timba, con todos sus riesgos, que creer en el trabajo y la producción como forma saludable de salir adelante.
No es la primera vez que esto sucede. El caso Cositorto es la historia de una gran estafa, pero también es una historia argentina contemporánea. Somos terreno fértil para estos juegos, no sólo porque las víctimas quieren creer, como quien se aferra a un salvavidas de plomo, en estos atajos al cielo; pero como no hay control, hay complicidad de la política, del poder judicial e incluso del uso de celebridades para legitimar estas prácticas. Generation Zoe nació en 2017 y se expandió rápidamente a 17 países con 65 oficinas y más de 80.000 miembros. Se convirtió así en un emporio que incluía su propia criptomoneda, hamburgueserías, un equipo de fútbol de Argentina (Deportivo Español), inversiones inmobiliarias y minas de oro. Incluso hicieron su propia iglesia llamada Aviva Zoe.
Cuando quedó claro que se trataba de un engaño, las denuncias se acumularon y el Departamento de Justicia determinó que Generación Zoe era una estafa piramidal. El fraude estimado asciende a un millón de dólares, aunque las autoridades creen que la cifra será mayor cuando concluya la investigación. Este sistema se conoce como «esquema Ponzi».
Pero Argentina no termina aquí. Ante el crecimiento del juego adolescente y la falta de una política para contener a los jóvenes con adicciones al juego online, la Comisión Nacional de Valores creó un nuevo régimen especial para que los jóvenes puedan invertir en bonos, acciones y otros instrumentos financieros de entidades financieras insertándolos en el mercado. mundo capitalista. Una variación de la timba patrocinada por el gobierno.
No debería sorprendernos. En una economía como la argentina es una práctica común. ¿Quién es nuestro ministro de economía? ¿Qué hizo Toto Caputo antes de hacer todo mal durante el gobierno de Macri y volver a ser ministro bajo la presidencia de Milei? Fue Head of Trading para América Latina en JP Morgan. Es decir, el jefe de los jugadores en serie que invierten en especulación financiera. Un jugador que apuesta con nuestro dinero. ¿Qué es más rentable en Argentina, invertir en empresas productivas o especular con la Bolsa, con bonos, con el dólar o con los miles de productos con los que se puede especular? Ese es el universo que habitamos desde hace más de cuarenta años. No es un problema moral, la gente intenta sobrevivir en las circunstancias que tiene, y lo que tenemos se parece más a un casino que a una fábrica.
No siempre fue así. Cada año el 31 de octubre se recuerda el Día Mundial del Ahorro. En nuestro país, en 1915, se crea la Caja Nacional de Ahorro Postal, durante el gobierno del presidente Victorino de la Plaza, con el fin de promover el hábito del ahorro entre los niños en edad escolar, bajo la responsabilidad de la entonces Dirección General de Correos. y Teléfonos (Estatal), que ofreció a los escolares la posibilidad de ahorrar mes a mes, con la compra de estampillas, para retirar la suma cuando cumplieran la mayoría de edad. En aquellos tiempos se decía que el ahorro era la base de la fortuna. Después de tantos golpes recibidos, pocos parecen creer en esa máxima. La ley de creación de la Caja de Ahorro Postal estableció que estos fondos eran inembargables y generaban intereses.
En aquel cuaderno de Estado, religiosamente, la gente ahorraba diariamente, mediante la compra de una estampilla, que estaba pegada en las páginas de aquel famoso cuaderno, que tenía sellos que iban desde el valor de un peso en moneda nacional, hasta cinco pesos. .. hasta los 10 mil pesos del último sello en 1967, cuando desaparecieron los cuadernos. Muchas veces quisieron volver a ese esquema, pero la llegada de una inflación delirante sistemática lo puso en ridículo. Cuando esos niños se hicieron adultos no tenían prácticamente nada.
A partir de la dictadura, la Patria Financiera propició estafas mucho mayores. Apostar al dólar, apostar a alguna variable de la patria financiera. Hay toda una generación de chavales que apuestan de mil formas, incluidas las criptomonedas.
Se destruyó la idea de ahorro y de inversión productiva, se impuso la idea de salvación individual mediante un golpe de suerte, y no el compromiso con la construcción colectiva. Existe un vacío existencial entre nosotros que nos convierte en carne de cañón para especuladores y estafadores aventureros de todos los niveles. Algo se rompió entre nosotros. La idea de progreso se debilita ante la realidad cotidiana de mayorías que caen en la pobreza. Si a eso le sumamos la posibilidad de destruir las universidades públicas, el único sueño que le estamos permitiendo a los jóvenes es la salvación apostando al azar, al gran pueblo Timbero Salú.