Amazon ha cerrado tres acuerdos estratégicos para crear pequeños reactores nucleares que cubran las necesidades energéticas de sus centros de datos. La medida responde a la creciente demanda de energía impulsada por el avance de la inteligencia artificial (IA). Empresas como Google y Microsoft han anunciado planes similares.
La corporación fundada por Jeff Bezos destinará más de 500 millones de dólares al desarrollo de cuatro pequeños reactores modulares (SMR) y nuevas tecnologías de fisión. La construcción de los SMR se ha acordado con Energy Northwest, un consorcio de empresas de servicios públicos con sede en Washington.
Amazon ha cerrado una segunda alianza con X-Energy, empresa especializada en el diseño de SMR y combustibles de nueva generación. El gigante del comercio electrónico busca aprovechar la tecnología de su nuevo socio para lanzar “iniciativas independientes” enfocadas a generar más de cinco gigavatios.
El gran tecnología También firmó un contrato con Dominion Energy. La entidad pública de suministro de energía estará a cargo de un “proyecto SMR” que se instalará cerca de la central nuclear de North Anna, ubicada en el condado de Louisa, Virginia, y gestionada por la firma de servicios Dominion. La intención es añadir 300 megavatios (MV) en esa región donde se espera un aumento significativo de la demanda de energía. Matt Garman, director general de Amazon Web Services, asegura que estas colaboraciones “fomentarán la construcción de nuevas tecnologías nucleares que generarán energía durante décadas”.
La apuesta de Amazon y otras gran tecnología para la energía nuclear
El interés de los gigantes tecnológicos por la energía nuclear va en aumento. Microsoft firmó un acuerdo con Constellation Energy para reactivar una unidad en la planta de Three Mile Island, Pensilvania, la planta más cuestionada de Estados Unidos. Google informó esta semana de un acuerdo con la puesta en marcha Kairos Power para satisfacer su consumo a través de pequeños reactores modulares. El auge de la IA generativa y la transición hacia fuentes de energía más ecológicas son el argumento común.
Garman ha dicho que la sociedad debe adoptar fuentes de energía no fósiles para responder al cambio climático. Alega que “la energía nuclear está libre de carbono y es capaz de crecer”. Michael Terrell, director de Energía y Clima de Google, ha expresado una postura similar. Sostiene que este recurso podría desempeñar un papel clave para satisfacer la creciente demanda de energía de forma limpia y continua, especialmente para impulsar tecnologías avanzadas como la IA.
El uso generalizado de algoritmos inteligentes está generando preocupación sobre el consumo de energía. La investigación de Alex de Vries, fundador de Digiconomist, advierte que la huella energética de la IA crecerá significativamente durante los próximos cuatro años como resultado de la sofisticación de las herramientas y un aumento en su uso. La consultora Goldman Sachs estima que la demanda de centros de datos crecerá un 160% a finales de esta década. La IA representará alrededor del 19% de la demanda para 2028.
La producción de energía por fisión se ha propuesto en varias ocasiones como solución. A pesar de ello, su eficacia no está probada. Algunos especialistas advierten que es necesario estudiar con mayor profundidad los impactos ambientales.
La Agencia Internacional de Energía Atómica estima que cada SMR es capaz de generar hasta 300 megavatios (MW), que es aproximadamente un tercio de la capacidad de sus homólogos más grandes. Señala que su construcción e instalación es asequible. Añade que “las plantas basadas en SMR repostan con menos frecuencia, cada 3 a 7 años, en comparación con el intervalo de 1 a 2 años de las plantas convencionales”.
La organización afirma que los SMR podrían ser de gran ayuda en el proceso de transición hacia energías limpias para cumplir los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Sin embargo, el sector reconoce que pueden generar residuos en reactores comunes. Hay múltiples proyectos en desarrollo que intentan capitalizar esta alternativa. Sin embargo, hasta ahora, ninguno ha obtenido la aprobación regulatoria para uso comercial en los Estados Unidos.