Este viernes, la OPEP acusó a la Agencia Internacional de la Energía (AIE) de «distorsionar el pasado y el presente» al predecir que el consumo de combustibles fósiles alcanzará su máximo esta década y que pronto comenzará una «era de la electricidad». . En un artículo publicado en su sitio web, la Organización de Países Exportadores de Petróleo hace referencia al informe anual de perspectivas publicado el pasado miércoles por la AIE.
Esta entidad, que defiende los intereses energéticos de 38 naciones industrializadas, ha afirmado que el mundo está «Avanzando a toda velocidad hacia la era de la electricidad, que definirá el sistema energético global». «La era de la electricidad llegará tras el inminente pico de los combustibles fósiles: ¿análisis o ciencia ficción?» es el título del extenso texto con el que la OPEP, formada por doce ‘petroestados’, critica estas previsiones.
Según la OPEP, la demanda de «oro negro» seguirá aumentando al menos hasta 2050 y acusa a la AIE de ser inconsistente consigo misma. «La idea de que el sistema energético puede ser ‘definido’ por una fuente de energía no se corresponde con el propio análisis de la AIE, ni con la realidad energética actual, en la que el carbón, el petróleo y el gas juntos representan alrededor del 80 por ciento de la canasta energética mundial. «, dice la OPEP.
«En cuanto a que la ‘Era del Carbón’ sea cosa del pasado», la OPEP afirmó que en julio de este año la propia AIE afirmó que su demanda global creció un 2,6% en 2023, alcanzando un nuevo récord de 8.700 millones de toneladas. Según la OPEP, la visión de un mundo electrificado con combustibles fósiles en declive aún tendría que superar «una serie de desafíos diversos» para convertirse en realidad.
Sostiene que la expansión masiva del consumo de electricidad requiere un aumento exponencial de la demanda de minerales críticos para las baterías, cuya disponibilidad aumentará a un ritmo más lento, así como «una expansión sin precedentes de la capacidad de las redes de distribución».
La OPEP afirma que la propia AIE ha admitido, en otro informe, que para que sus países alcancen los objetivos nacionales de transición energética, deberían añadir 80 millones de kilómetros de líneas eléctricas de aquí a 2040. «Se trata de una capacidad prácticamente igual a la que se ha construido en los últimos cien años», advierte la organización.