Detrás de la cortina de humo de la eliminación de la AFIP -que generó en las últimas horas una asamblea general de los trabajadores de la organización para repudiar los despidos y las medidas de contundencia para los próximos días-, se esconden objetivos que nada tienen que ver con un ahorro fiscal vía un ajuste de planta: El cambio de dirección política de la organización, que también desmantela esquemas de control, ya es visto por el Círculo Rojo y especialistas como un plan de seguimiento laxo que fomentará la promiscuidad entre inspectores y empresas.además de resentir la supervisión en sectores clave como el narcotráfico, las exportaciones y los sistemas.
«Es el ARCA de las partes negociadas», bromeó un importante empresario nacional del sector comercial, que no esperaba la sustitución de la AFIP por el Organismo de Recaudación y Control (ARCA).. La inesperada noticia conmocionó a toda la comunidad empresarial, que todavía no puede entender semejante globo de prueba. El ministro de Economía, Luis Caputo, tampoco se esperaba la buena noticia al conocer la decisión de Santiago Caputo, asesor estrella de Javier Milei, en una de sus escalas camino a Washington, donde se reunirá con el Fondo Monetario. .
Lo menos conocido sobre la debilidad estructural y el esquema de ajuste que propone Milei en la AFIP es que la parte técnica detrás de Caputo está en manos de un hombre de Mauricio Macri. Caputo no sólo lleva a la DGI y a la Aduana a puestos históricos y muy cuestionados de carrera en el fisco para instalar desde allí un polo de poder, sino que, como supo, Página I12El responsable del plan técnico para el nacimiento de ARCA es Sergio Rufail, exgerente del poder en la parte más oscura de la AFIP del presidente Macri.
El en cuestión se posicionó como importante en el fisco en 2018, cuando Alberto Abad gobernaba el organismo. Luego, Rufail quedó en la Subdirección de Servicios al Contribuyente al mando del sucesor de Abad, Leandro Cuccioli, quien no casualmente es el hombre que Macri le propuso a Milei para ir a la AFIP, antes de que el libertario eligiera a Florencia Mizrahi, hoy totalmente desdibujada en sus funciones.
Los hilos conductores de esta historia, las idas y venidas entre pasado y presente, son centrales para entender cuál es la idea subyacente con las modificaciones en el campo de la autoridad política fiscal: Ese cambio de Abad a Cuccioli fue parte de la decisión del dirigente del PRO de bajar la tensión sobre los controles a evasores.. Es más, Abad fue expulsado de la AFIP PRO cuando le dijo a Macri que era necesario que Marcos Galperín, el jefe de la empresa Mercado Libre y hoy militante libertario, devolviera 500 millones de pesos en impuestos no pagados.
Rufail, contador y oriundo de Córdoba, está en la organización desde 1990 pero se dio a conocer cuando Elisa Carrió denunció, durante el Gobierno de Macri, que se habían puesto a cargo cuadros amarillos vinculados a Ricardo Echegaray, exjefe de la organización recaudadora. de AFIP.. Hoy, los cuestionados por la reformulación del poder parecen regresar: nadie puede precisar si Rufail es, como pasó con Energía, parte del acuerdo de junior entre Macri y Caputo, pero el personaje le responde a él y a Andrés Vázquez, el nuevo titular del DGI con contactos en inteligencia, un pasado de denuncias por cuentas no registradas en el extranjero y un famoso allanamiento con 200 sabuesos a las oficinas de Clarín. La otra parte del plan técnico y energético es José Véliz, quien dirigirá la Aduana. El «Negro» Véliz estaba, hasta ahora, jubilado y radicado en Paraguay. Regresó por la nueva empresa libertaria.
Mizrahi, salarios y el nuevo poder
Fuentes de Hacienda dijeron a este Diario que, en realidad, los mayores aumentos salariales para los altos funcionarios de la AFIP se dieron con la llegada de Milei y, además, las incorporaciones de empleados al fisco cubrían lo que técnicamente se conoce como licencia vegetativa, es decir, personas que se jubilan y son reemplazadas. Algo similar a lo que plantearon los trabajadores en las protestas en AFIP y Aduanas de las últimas horas. En este sentido, el caso de Mizrahi, seriamente enfadado con el asesor Caputo, merece ser estudiado por la cuestión salarial.
Quienes la rodean dicen que está afectada por el escrache público que Milei hizo del salario que él mismo le ofreció para dejar la actividad privada. Mizrahi venía de trabajar, por mucho menos dinero, en el estudio Lisicki Litvin.. Fue su familia la que la convenció de meterse en política para intentar cambiar cosas que no dependían de ella. Para el ministro de Economía ella era una persona de confianza y la llamó desde Estados Unidos para preguntarle qué estaba pasando con los cambios recientes.
En principio todos sabían que iba a haber un movimiento con los ingresos, pero como a casi todos a quienes el Gobierno les habló del caso AFIP, les dijo que se venía «un congelamiento salarial por 12 meses».
Incluso Federico Sturzenegger, ministro de Desregulación, se mostró impactado por la idea de desmantelar la estructura. A decir verdad, nadie cree que lo que Milei quiere se vaya a hacer realidad, pero si lo hace, este recorte de personal del 35 por ciento tendrá, según quienes conocen el oficio, un impacto muy negativo en actividades que requieren control de las personas. El caso del narcotráfico es uno de ellos: en esa división la mayoría de los contratados son jóvenes, porque los mayores no quieren tener dolores de cabeza con casos penales. Además, quienes saben de seguimiento afirman que despedir a esa cantidad de personas hace que el Estado pierda su know-how «y eso es muy difícil de recuperar».