Cuando una persona baña a su perro suceden dos cosas: la mascota se sacude vigorosamente para expulsar las partículas de agua de su pelaje y el humano que la acompaña sufre los efectos inmediatos de ese traslado de gotitas. Durante siglos, este comportamiento canino no ha requerido mucha atención por parte de los científicos o veterinarios. Si alguien pregunta por qué se produce el temblor característico, la respuesta general es “porque quiere secarse”.
Sin embargo, todos los perros del mundo realizan el mismo movimiento bajo las mismas circunstancias. Es un acto tan característico de ellos como ladrar o mover la cola. El reflejo se vuelve más complejo si se tiene en cuenta que también se extiende a otros mamíferos con pelaje denso. También osos, tigres, leones, ardillas, gatos y ratones se sacuden para eliminar el agua de su cuerpo, a pesar de pertenecer a especies muy diferentes. También utilizan el mecanismo para deshacerse de insectos o elementos irritantes. Es decir, de hecho, no se trata de un mecanismo estrictamente asociado a los líquidos.
El campo de la neurociencia está lo suficientemente desarrollado como para ofrecer una explicación a esta oscilación instintiva en los animales. Un equipo de científicos informa haber encontrado uno de los orígenes mecanosensoriales que provocan temblores en perros y otras mascotas. Los resultados del procedimiento y del experimento que diseñaron en ratones fueron publicados en la revista Ciencia.
¿Por qué tiembla mi perro? por un mecanorreceptor especial
El proceso ocurre directamente sobre la piel de los mamíferos. Existen alrededor de 12 tipos de células sensoriales distribuidas en el tejido externo de los animales. Cada uno les permite interpretar diferentes estímulos externos. Detectan presión, vibraciones, temperatura o dolor. En la piel de los animales con pieles, las neuronas sensoriales son lo suficientemente sensibles como para diferenciar entre un insecto que camina sobre ellas, una irritación o gotas de agua.
Después de extensas pruebas, los científicos descubrieron que los mecanorreceptores de bajo umbral de fibra C amielínica (C-LTMR) son responsables de desencadenar la oscilación en los mamíferos. En los seres humanos, el receptor C-LTMR está asociado con la detección de caricias. En los animales provoca una reacción protectora al identificar elementos externos en su piel.
Los mecanorreceptores C-LTMR de los mamíferos se activan cuando las fibras de su pelaje se doblan bajo presión. Es una forma de extender la sensibilidad más allá de tu piel. Si algo camina sobre el pelaje, el animal lo sabrá inmediatamente y se liberará del elemento. El motivo del reflejo de los perros después del baño no es tan obvio como «querer secarse». Es una respuesta protectora instintiva, dicen los científicos.
El experimento con ratones replicó la oscilación activando solo los mecanorreceptores C-LTMR. También intentaron eliminar genéticamente esas células. Los roedores sin ellos disminuyeron sus reflejos en un 50%. Luego activaron directamente el C-LTMR mediante pulsos de luz, sin necesidad de utilizar líquidos sobre el pelaje.
“Los C-LTMR, que suelen estar relacionados con el tacto afectivo placentero, están conectados a neuronas espinoparabraquiales que transmiten señales sensoriales al núcleo parabraquial del tronco encefálico”, explica la Asociación Estadounidense para el Avance de la Ciencia en una declaración.
La vía C-LTMR no es la única respuesta al movimiento en los animales. Hay experimentos que han replicado el movimiento con drogas psicodélicas relacionadas con los receptores de serotonina. Los expertos seguirán investigando las células asociadas al pelaje para incrementar los tratamientos contra las mascotas hipersensibles.