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Adolfo Benjamin Kunjuk - Diario Personal

En este rincón digital, exploramos la vida cotidiana con un toque de ironía y humor sutil. Entre noticias y reflexiones, vas a encontrar historias que desnudan las contradicciones humanas, todo contado con la cercanía de una charla entre amigos. Desde lo absurdo de la tecnología hasta los grandes temas que parecen manejados por los que menos entienden, aquí las cosas se dicen como son, sin vueltas y con un guiño cómplice.

El gran libro de fútbol de Sebreli | El ensayista que despotricó contra el deporte de la redonda y su incidencia popular

PorPágina/12

Nov 8, 2024 #Deportes



El ensayista Juan José Sebreli, fallecido el viernes 1 de noviembre a los 93 años, arremetió contra el fútbol y su influencia popular. Lo dejó más que claro en La era del fútbol (Sudamericana), libro publicado en 1998. Una joya en la que cuenta -a través de la crítica- la historia de este deporte. Y también lectura imprescindible para los periodistas deportivos.

También contiene una bibliografía que es a la vez una excelente guía para adentrarse en el tema. Incluso hoy, porque Sebreli se publicó en una época muy distinta a la actual. En aquella época los trabajos sociológicos vinculados al fútbol eran escasos. Lo mismo ocurre con los libros periodísticos. Hoy, sin embargo, la sociología y el periodismo en relación con los deportes son comunes. De hecho, Sebreli comienza su prólogo: «Mi preocupación por el fútbol se remonta a los años sesenta, una época en la que los intelectuales en general y los sociólogos en particular no lo consideraban digno de atención».

Lo interesante con La era del fútbol Es que Sebreli se atrevió a criticar el fútbol, ​​a denigrarlo, sabiendo -equivocadamente o no- que estaba solo, fuera de juego, en una sociedad futbolística como la argentina. De hecho, la anécdota que le dedicó el escritor Juan Sasturain, tras su Fútbol y masas (Sebreli, 1981) un texto titulado “Sebreli, ve al arco”.

Sebreli hizo un trabajo de largo plazo que incluyó charlas con apasionados del fútbol como Antonio Carrizo y Dante Panzeri. Pero al mismo tiempo recopiló textos de George Orwell, Roberto Arlt y Ezequiel Martínez Estrada, entre otros, en los que encontró vínculos con el fútbol. Cuando en 1981 publicó Fútbol y masas, Dijo que no podía escribir sobre el Mundial de 1978 debido a la dictadura militar. En esos años y en los siguientes continuó trabajando en el tema. Entendió que en algún momento la idolatría por los futbolistas podría compararse con la que se siente por las estrellas de Hollywood. El tiempo y la lectura, además de charlas con referentes del entorno futbolístico, intelectual, sociológico y psicológico, le permitieron La era del fútbol.

Sebreli te invita a caminar por la historia. Se refiere al culto al cuerpo e incluso al nazismo. Analiza el deporte y sus vínculos con la aristocracia y las clases bajas. «El deporte en general y el fútbol en particular no fueron creados por el pueblo, ni fueron propagados por el pueblo, ni estaban destinados al pueblo. El fútbol, ​​al igual que la cultura y el arte popular, así como muchos hábitos y costumbres populares, surgen de las clases dominantes y luego son copiados y deformados –y en eso consiste su originalidad- por las clases subalternas», escribe. Y más adelante: «A medida que el fútbol se convirtió primero en un juego de clases bajas y luego en un espectáculo para las masas populares, la clase burguesa que lo impuso se distanció de él».

Uno de los mejores capítulos es el dedicado a las bandas bravas (antes también analiza al aficionado en particular). Proporciona, pues, datos muy detallados. Como, por ejemplo, que entre 1894 y la Primera Guerra Mundial “se registraron 2.030 casos de vandalismo en el fútbol inglés, de los cuales 1.020 incluyeron violencia física”. Es muy interesante lo que cuenta sobre la historia de los bares y la política.

Si bien la desarrollaría en otras obras, la figura de Diego Maradona nunca pasó desapercibida para Sebreli. El capítulo que le dedica se titula «El mito Maradona». Entre las críticas, escribe: «El mito de los orígenes oscuros no es válido sin la otra cara de la medalla, que es el triunfo; sólo puedes recuperar la cueva de la infancia cuando la has abandonado y las riquezas conquistadas se muestran con insolencia. » : Carlos Gardel evocaba el conventillo del Abasto de París y Nueva York vistiendo galera y frac. Evita se proclamó la más humilde de las mujeres vestida de Christian Dior y cargada de joyas de Van Cleef. Suma a la lista a Gatica, Bonavena, Monzón, Pelé y Garrincha.

En La era del fútbol Sí, se despacha con el Mundial del 78. Escribe que «con el respaldo popular, las democracias burguesas europeas, la izquierda y la bendición del Papa, la dictadura militar vivió su momento más glorioso». «Intelectuales, escritores, profesores, artistas, con raras excepciones como Borges, también saludaron el acontecimiento», argumenta. Y agrega: «El objetivo de la dictadura se logró y salió fortalecida del Mundial».

También dedica líneas a los empresarios del fútbol y al periodismo: “El técnico Enrique Sívori aseguró que ‘el 40 por ciento de los periodistas están en la venta de jugadores’”, cita.

«En una sociedad basada en el principio de actuación, el cuerpo humano pierde su cualidad específica para convertirse también en un factor más de producción. El cuerpo se convierte en una mercancía, un objeto cuyo valor de uso individual ha quedado subordinado a su valor de cambio en el mercado», analiza Sebreli en otro capítulo. Pero al mismo tiempo contrasta con una idea del sociólogo Pierre Bourdieu, quien – escribe Sebreli – «señaló que la clase baja muestra su dureza porque la única arma que tiene en la lucha de clases es la fuerza de trabajo y la reproducción de trabajo que implica la fuerza del cuerpo».

«La homosexualidad reprimida» en el mundo del fútbol y la discriminación contra las mujeres («especialmente en el fútbol es un tabú para los hombres, ya que les quita su verdadero objetivo, que es la manifestación de la virilidad», escribe) son otros de los temas analizados.

Casi al final de La era del fútbolSebreli analiza su masividad a través de la industria y los medios de comunicación. Comparar 1984 (Orwell), «El Gran Hermano te está mirando», con la pantalla del televisor mostrando 24 horas ininterrumpidas de fútbol. «No hay ningún hueco en el que pueda estar consigo mismo o con cualquier otra preocupación que no sea el fútbol», escribe. Y se justifica: «Se argumentará que estamos exagerando, que es sólo un entretenimiento inocente, pero no lo es: por mero entretenimiento nadie desea la muerte del adversario, y en algunos casos incluso lo mata, o lo comete». se suicida, o se suicida, muere de un ataque al corazón o cae en una depresión debido a una derrota, todo lo cual suele ocurrir con bastante frecuencia.

Vale la pena leer este libro a pesar de que han pasado 26 años desde su publicación. Salvo la aparición de internet y de Messi, se verá que hay cosas en el fútbol que ya no cambian.

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