Las personas que viven en algunos de los lugares más extremos para la vida, como el Himalaya o cerca del Círculo Polar Ártico, son más resilientes que otras, probablemente gracias a sus genes denisovanos. Una investigación reciente de la Universidad de Dublín profundizó en la mezcla de eventos entre antiguos Homo sapiens y el enigmático homínido Denisova. La unión contribuyó a la formación del ser humano moderno.
El descubrimiento del hombre de Denisova supone una de las aportaciones más significativas a la antropología de las últimas décadas. Forma parte de la larga lista de homínidos que habitaron la Tierra hace cientos de miles de años. Como el neandertal y el Homo sapiensEl hombre Denisova comparte un ancestro común, pero tiene características diferentes a todos los demás.
Los denisovanos son un misterio. Por ahora, la antropología sólo sabe con certeza que vivieron en cuevas en las altas montañas de Siberia y, más recientemente, en el Tíbet. Incluso aún se debate su aceptación como especie. El registro fósil del hombre de Denisova sólo consta de un hueso de un dedo, una mandíbula, dientes y fragmentos de cráneo. Aunque los restos son pocos en comparación con otros homínidos, son suficientes para estimar que constituyeron una familia más.
Las contribuciones genéticas del hombre Denisova.
Un trabajo reciente de la Universidad de Dublín y publicado en Genética de la naturaleza recopila la información disponible sobre los denisovanos. sugiere que una parte de sus genes ha sobrevivido hasta hoy debido a ciertos eventos de mezcla entre especies. Se confirma la descendencia entre el Homo sapiens y otros homínidos. El más documentado de este proceso de mestizaje es el de los neandertales en varias oleadas.
Hubo al menos tres eventos importantes de vinculación entre los denisovanos y Homo sapiens lo suficientemente fuerte como para dejar marcas en el ADN de los restos. Según el artículo, hay evidencia de que una parte de esas adaptaciones denisovanas a circunstancias extremas confirieron algunas ventajas a los humanos contemporáneos.
“Existe un locus genético que confiere tolerancia a la hipoxia, o condiciones de bajo oxígeno, lo cual tiene mucho sentido ya que se observa en poblaciones tibetanas; múltiples genes que confieren mayor inmunidad; y uno que impacta el metabolismo de los lípidos, proporcionando calor cuando es estimulado por el frío, lo que confiere una ventaja a las poblaciones inuit en el Ártico», explicó la Dra. Linda Ongarocoautor de la investigación.
Los antropólogos dicen que pensar que los humanos modernos descienden directamente de Homo sapiens Es un error. Aunque este homínido fue el más apto de su época y contribuyó a la extinción de otras especies, la formación del hombre actual es el resultado de múltiples oleadas de mezcla a lo largo de milenios.
“Existen numerosas direcciones futuras para la investigación que nos ayudarán a contar una historia más completa de cómo los denisovanos impactaron a los humanos modernos, incluidos análisis genéticos más detallados en poblaciones poco estudiadas, que podrían revelar rastros actualmente ocultos de la ascendencia denisovana. Además, integrar más datos genéticos con información arqueológica, si podemos encontrar más fósiles denisovanos, sin duda llenaría más vacíos”, dice Ongaro.