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Adolfo Benjamin Kunjuk - Diario Personal

En este rincón digital, exploramos la vida cotidiana con un toque de ironía y humor sutil. Entre noticias y reflexiones, vas a encontrar historias que desnudan las contradicciones humanas, todo contado con la cercanía de una charla entre amigos. Desde lo absurdo de la tecnología hasta los grandes temas que parecen manejados por los que menos entienden, aquí las cosas se dicen como son, sin vueltas y con un guiño cómplice.

Guerra Milei-Lavagna por la canasta de inflación | El Gobierno se niega a actualizar un IPC que tiene 20 años de antiguedad

PorLeandro Renou

Nov 11, 2024 #Economía



En unas horas, el INDEC dará a conocer la inflación del mes de octubre, que mostrará, una vez más, una desaceleración respecto al período anterior. En este escenario, mientras el Gobierno celebra el fenómeno, cada vez se amplía el debate de por qué la gente todavía no puede permitirse el dinero, cuando el Índice de Precios al Consumidor (IPC) es hasta tres veces inferior al de noviembre de 2023. Esta tensión que se produce en los bolsillos y se discute abiertamente en la política y los medios comenzó a reflejarse, también, internamente en el Gobierno: según se supo Página I12Hay una clara negativa de la Casa Rosada a actualizar la canasta utilizada para calcular el IPC, que ya tiene 20 años y no es representativa del costo de vida de las familias, hoy muy enfocada en servicios y tarifas. ¿Porque? porque si lo hiciéramos, habría una subida mayor de la inflación y, además, la pérdida de poder adquisitivo de los salarios sería aún más fuerte.

Lo que pasa es que el titular del Indec, Marco Lavagna, viene insistiendo en la necesidad de trabajar en una nueva medición, dado que la medición actual está enfocada al consumo de los años 2004 y 2005.donde el gasto familiar se centró mayoritariamente en alimentos y bebidas. Hace unos meses, fue el propio Lavagna quien admitió, en una entrevista radiofónica, el problema de la medición. Vale aclarar que técnicamente no es irregular, pero la no actualización empezó a explicar casi la totalidad de la desinflación. “Díganle que busque otro tema”, fue la frase que utilizó un alto dirigente del Ministerio de Hacienda al enterarse que el titular del INDEC sigue insistiendo en reformar la canasta.

Naturalmente, el tema se calienta porque el IPC pasó del 12,3 por ciento bajo la gestión de Sergio Massa a la posibilidad de que octubre, cifra que se conocerá hoy, quede por debajo de los 3 puntos. Desaceleración que se aprecia en el consumo básico, que cae por encima de los 20 puntos. En este contexto, como los alimentos tienen un mayor peso que los servicios, duplicándose estos últimos la inflación anual, el IPC refleja una desaceleración que es real, pero exagerada en la cifra promedio.

Es justo decir, en este marco, que cuando la tendencia es a la baja no se habla de tendencia, pero los volúmenes son muy relevantes.. Un recálculo del peso de los Regulados (tarifas, gasolina, prepago, etc.) revelaría no sólo el peso específico del rubro en los costos fijos de las familias, sino que también revelaría la decisión oficial de liberar precios de servicios sin topes. sin límites. Hasta ahora, el Gobierno venía regulando el valor de los alimentos en función de la recesión y el golpe a los salarios, aprovechando que la canasta de 2004 pondera más esos precios. Con la partida que subieron por debajo del IPC General, quedó equilibrado y pudo autorizar más subidas a las empresas energéticas sin alterar el IPC. Si se actualizara la cesta, ese experimento sería imposible o, al menos, muy visible.

Tanto es así que, en lo que va del año, las tarifas de luz, gas, agua, vivienda y gasolina ya registraron un aumento de precios superior al 200 por ciento, lo que duplica la inflación general medida por el mismo INDEC. Esa misma ecuación se da, por ejemplo, en la medicina prepaga. Además, para el Gobierno es vital que el IPC no ceda ni décimas. El objetivo de Luis Caputo es que, ante la falta de dólares, la inflación se mida con un tipo de cambio móvil, las microdevaluaciones mensuales que aún rondan el 2 por ciento. Por tanto, nadie quiere correr riesgos.

¿Qué dan los cálculos actualizados?

Ahora bien, ¿qué pasa si para comparar de forma más justa la evolución de los ingresos se toman cestas más representativas? Un trabajo de la consultora Vectorial explicaba, días atrás, que para calcular el salario real se utilizan los valores del IPC calculados por el INDEC con base en los patrones de consumo mostrados en la Encuesta Nacional de Gasto de los Hogares (ENGHO) de 2004-2005, Destacados vectoriales. Pero precisan que, sin embargo, «si se recalcula la inflación con los pesos de la más reciente Encuesta Nacional de Gasto de los Hogares (2017-2018), la inflación crece significativamente y, con ello, se profundiza aún más la calamitosa situación del poder». adquisición de salario».

El trabajo de la consultora de Haroldo Montagú también afirma, «que las diferencias entre los pesos de una canasta y otra son significativas. Particularmente, en el caso de servicios públicos con precios regulados (electricidad, agua, energía, telefonía, educación, transporte y comunicaciones), el aumento de peso dentro de la canasta total de consumo entre la ENGHO de 2004-2005 y la de 2017-2018 es de 8,5 puntos porcentuales.

Y concluyen que, en agosto de este año, «los ingresos reales del sector privado registrado, medidos con la inflación publicada por el INDEC, estarían sólo 1,8% por debajo de los valores del mes de referencia (último período del ejercicio saliente). Gobierno Nacional). En el otro extremo, aclaran que “si se utiliza la inflación corregida por la ENGHO más reciente, esta caída llega al 6,9%. A nivel general, también hay brechas importantes, donde se observa que el índice de salario real con la inflación del INDEC «Tiene una retracción del 6,8% respecto a noviembre mientras que la presentada en estas líneas supone un descenso del 11,7%»

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