Una nueva cumbre sobre cambio climático, la “COP 29”, comenzó en Bakú (Azerbaiyán) en medio de interrogantes y nuevos desafíos. Con cada vez más énfasis, los llamados países subdesarrollados piden “justicia climática” con el objetivo de que las naciones poderosas, precisamente las que más contaminan, se hagan cargo de financiar la crisis. Y en una muestra de desdén por el tema, Javier Milei hizo que la pequeña delegación que envió se retirara de la cumbre.
Entre los más de 65 mil asistentes, se espera que los representantes estatales busquen un nuevo compromiso de no superar el aumento de 1,5 grados respecto a la era industrial. Sin embargo, el pesimismo es evidente: ni Estados Unidos ni China estarán representados a través de sus presidentes, a pesar de ser los principales responsables del desastre. Como antecedente, la contundencia de un dato: 2024 promete ser coronado como el año más cálido de la historia. Argentina envió una pequeña delegación, integrada por miembros de la embajada local y personal técnico, mientras se realizaba el debut científico a nivel internacional. Celeste Saulo como Secretario General de la Organización Meteorológica Mundial. La presencia argentina fue intrascendente: se retiró apenas iniciada la cumbre.
El problema de quién proporciona el dinero para mitigar los efectos del calentamiento global ocupa un papel central para las Naciones Unidas. De cara a 2030, según la organización, La brecha entre las necesidades de adaptación para mitigar el cambio climático y el financiamiento que los países centrales están dispuestos a brindar podría alcanzar hasta 359 mil millones de dólares. Durante la apertura de la COP, Simon Stiell, Secretario Ejecutivo de la ONU para el Cambio Climático, lo dejó claro: “Dejemos de lado la idea de que financiar la lucha contra el cambio climático es caridad. “Un nuevo y ambicioso objetivo de financiación climática beneficia a todos los países, incluidos los más grandes y ricos”.
El cambio de enfoque necesario es concreto: contribuir a un fondo para ayudar a los más débiles no es generosidad, sino justicia. en esta linea Se expresa el Papa Francisco, cuyo mensaje fue leído en Bakú por el cardenal secretario de Estado Pietro Parolin. «El desarrollo económico no ha reducido las desigualdades». Al contrario, “ha favorecido la prioridad del beneficio y de los intereses particulares en detrimento de la protección de los más débiles, y ha contribuido al progresivo agravamiento de los problemas medioambientales”. El representante del Vaticano fue una de las voces inaugurales de las jornadas que se extenderán hasta el 22 de noviembre.
Lo que ya se empieza a observar es cómo el impacto de la crisis climática –que se manifiesta en el retroceso de los glaciares, inundaciones que devastan poblaciones y sequías cada vez más pronunciadas– produce graves consecuencias económicas y sociales. Esta 29ª cumbre se revela como un evento de transición para el gran mitin climático que se celebrará el próximo año en la Amazonía brasileña con Lula como gran anfitrión y gestor de las políticas ambientales.
¿Quién está a cargo?
Los Estados miembros de la cumbre parecen estar de acuerdo en la necesidad de invertir dinero, pero las aportaciones no son suficientes. La transición hacia una economía verde no es gratuita y alguien tiene que liderarla. En los días de discusión y de intercambio, se insiste en que sean las naciones del G20 quienes tomen la iniciativa y puedan hacer su parte. Dado que el calentamiento es un fenómeno global, las emisiones de Estados Unidos y China pronto afectarán al conjunto. Lo más racional sería que cada país asumiera la responsabilidad de su contaminación, pero eso no ocurre y los organismos multilaterales no han logrado cumplir objetivos conjuntos.
De hecho Las contradicciones se revelan en los números.: Aunque los países se comprometieron a reducir el 42 por ciento de sus emisiones anuales de gases de efecto invernadero para 2030, el año pasado alcanzaron un máximo histórico de 57 gigatoneladas. La ONU hace los cálculos y predice que se necesitará suficiente voluntad política para eliminar 4 mil millones de toneladas de dióxido de carbono de la atmósfera. En concreto: en lugar de avanzar, retrocedemos. Los discursos se los lleva el viento y las promesas se desvanecen.
En el caso de Argentina, tras la salida de Diana Mondino, la Cancillería se está reacomodando: en línea con la perspectiva negacionista del cambio climático del presidente, la delegación que viajó a Azerbaiyán es mínima. La importancia que le dan al tema marca la diferencia con el grupo de casi 2 mil delegados que viajaron desde Brasil.
Negar todo, incluso lo obvio.
La elección de Donald Trump como presidente de Estados Unidos no significa buenas noticias para los objetivos de desarrollo sostenible y el cambio climático. Aún se recuerda cuando, en 2017, anunció la retirada de Estados Unidos del Acuerdo de París, un consenso que hasta entonces había sido firmado por nada menos que 195 países. Así, a pesar de la evidencia científica, Trump dio la espalda a la lucha contra el calentamiento global y la emisión de gases de efecto invernadero. De hecho, durante la campaña de 2024 pronunció frases como: “No tenemos un problema de calentamiento global. Ese término ya no se usa porque, como pueden ver, hoy hace mucho frío aquí. Se vuelven locos cuando digo que no es calentamiento global porque en ciertos momentos empieza a hacer un poco más de frío, como ahora.”.
El mismo tono negacionista sigue el presidente Javier Milei quien, durante su propia campaña, cuestionó que el ser humano haya tenido algún impacto en el aumento de las temperaturas y la cada vez más frecuente ocurrencia de fenómenos extremos.
Sin embargo, para notar la síntesis del pensamiento de Milei hay que recuperar a lo que se refirió en 2021 en un diálogo con el YouTuber Julián Serrano. “El calentamiento global es otra de las mentiras del socialismo. Hace 10 o 15 años se hablaba de que el planeta se iba a congelar. Ahora argumentan que cada vez hace más calor, quienes saben cómo se hacen estas simulaciones verán que las funciones están sobresaturadas en ciertos parámetros a propósito para generar miedo.”.