Un equipo de científicos de Estados Unidos y Suiza ha logrado identificar un nuevo compuesto en el agua potable clorada que podría afectar a la salud pública a largo plazo. El elemento es un subproducto de la descomposición de los desinfectantes utilizados en algunos procesos de purificación.
Las cloraminas inorgánicas se utilizan comúnmente para tratar el agua y eliminar patógenos que causan enfermedades como el cólera y la fiebre tifoidea. Cuando estas moléculas entran en contacto con otras sustancias pueden formar componentes tóxicos. El trabajo liderado por Julian Fairey, profesor asociado de ingeniería civil de la Universidad de Arkansas, ha logrado identificar la composición de uno de estos derivados.
Cloraminación del agua y consecuencias para la salud.
El científico y sus colegas han determinado que el anión (un ion con carga eléctrica negativa) cloronitroamida (Cl–N–NO2) es el producto final de la descomposición de la cloramina inorgánica. Se trata de “una sustancia química difícil de encontrar y muy estable, de bajo peso molecular. La parte más difícil fue identificar y definir su estructura”, señala Fairey. Se desconoce la toxicidad del Cl–N–NO2. Pese a ello, los expertos indican que es preocupante su prevalencia y similitud con otros agentes tóxicos.
El compuesto se detectó en 40 muestras de agua potable extraídas de 10 sistemas de suministro en los Estados Unidos que aplican desinfectantes a base de cloro. Fue sintetizado en un laboratorio de la Universidad de Arkansas. El resultado fue sometido a un análisis comparativo realizado por Juliana Laszakovits, coautora y profesora de química ambiental en ETH Zurich. El proceso de cloraminación es común en América del Norte, pero no se practica en Suiza. El líquido proveniente de la red de abastecimiento de esta última nación funcionó como mecanismo de control en el estudio.
La falta de evidencia sobre la nocividad de este nuevo compuesto plantea dudas sobre sus posibles efectos sobre la salud. Julián ha asegurado que “cuando desinfectamos el agua potable se crea una cierta toxicidad crónica. Un cierto número de personas pueden desarrollar cáncer al beber líquidos tratados durante varios años. «No hemos identificado con total precisión qué productos químicos derivados pueden ser dañinos». Afirma que el objetivo de su investigación es identificar estas moléculas dañinas y definir los procesos por los cuales se generan.
“Aunque el anión cloronitroamida no es tóxico, su descubrimiento puede ayudarnos a comprender las vías por las que se forman otros compuestos, incluidas las toxinas. «Si sabemos cómo se produce algo, potencialmente podemos controlarlo», dice Fairey.
La empresa de servicios públicos American Water dice que la cloraminación es el proceso de agregar amoníaco al agua potable a la que ya se le ha agregado cloro. De esta forma se crean cloraminas inorgánicas. El método de purificación se utiliza en varios países como Italia, Francia y Canadá. Se estima que más de 113 millones de personas beben agua clorada en Estados Unidos.