El modelo de apertura importadora salvaje que maneja Javier Milei, contrario al impulsado por los países centrales, se traduce en crisis sistémica para los sectores manufacturero y laboral. Aunque algunos indicadores económicos mostraron ligeras mejoras a finales de 2024 en la comparación intermensual, la flexibilización de las reglas para la entrada de productos extranjeros presiona al empresariado industrial. decidir entre continuar con la producción nacional o comprar producción en el exterior, a mitad de precio en algunos casos.
Él retraso en el intercambio Es otra de las cuestiones que está en boca de todas las entidades empresariales. Muchos fabricantes que exportaban a América Latina se vieron obligados a retirarse «porque ya no es un negocio» y dicen que piensan hacerlo. reducir el personal en un 50 por ciento durante los primeros meses de 2025. «De cara al futuro todo será más crítico», anticipan.
Los problemas por la falta de competitividad son evidentes. Las consecuencias: suspensión y despido de trabajadores, cierres de fábricasretracción del consumo interno, pérdida de mano de obra capacitada y contracción de la economía. En ese marco, el Ejecutivo nacional decidió acelerar. En noviembre adaptó las normas sobre compras en el exterior al modelo de libertad mediante mensajero: por persona, el máximo pasó así de 1.000 a 3.000 dólares al año y, además, se eliminaron los aranceles para los primeros 400 dólares gastados.
Cierres de cadena
“Si hay fenómenos de apertura irracional e indiscriminada los vamos a señalar. Estamos preocupados por la llegada de una ola de importaciones«, advirtió el presidente de la Unión Industrial Argentina (UIA), Daniel Funes de Rioja.
Comenzaron a circular noticias sobre despidos e incluso cierres de plantas, como los últimos de la empresa de alimentos Dánica y de calzados Dass. «Es unánimemente el impacto, no sólo por los productos finales que van al público sino porque destruye el tejido productivo de nuestro país», dijo Página 12 el tesorero de Apyme, Julio Carlos Jardel.
El sindicato, cuando tiene que arreglar su escaparate, no se deja influenciar por quién sea el fabricante del producto, ya sea local o extranjero. Sin embargo, en un segundo momento la caída de la actividad económica se traduce en la reducción de la cartera de compradores.
«Se vuelve muy difícil competir con la fábrica del mundo, que, objetivamente, es China. Y con la contradicción de que mientras el mundo se protege, la Argentina se abre al mundo. Eso es algo irracional y por eso vemos líneas «Los coches van a comprar a los países vecinos, mientras otros cuidan y subsidian la producción aquí, ellos la destruyen», dijo. Página 12 Juan Ciolli, presidente de la Cámara Económica Sanmartinense y titular de la Central de Entidades Empresariales Nacionales (CEEN).
Crisis del consumidor
«Todos tenemos problemas. Juguetes, muebles, plásticos, marroquinería, textiles, calzado, alimentos como galletas, metalurgia», enumeró el vicepresidente de Industriales Pymes Argentina (IPA), Marco Meloni.
El dirigente empresarial, del sector textil, aporta números y análisis: la producción textil cayó entre 20 y 30 por ciento en 2024, dependiendo del eslabón de la cadena al que pertenece. Durante el año, la inflación cerró en 120 por ciento y los textiles aumentaron 90 por ciento. Perdieron 30 puntos, con ventas que cayeron 20 por ciento, «porque el mayorista, anticipándose a la devaluación que se avecinaba, tuvo un exceso de existencias a finales de 2023 y porque, al mismo tiempo, el consumo interno se contrajo», explicó Meloni a Página 12.
Aunque el año pasado el sector redujo en 20 por ciento las unidades importadas, la cantidad de tejidos y prendas terminó superando la demanda tras la devaluación de la moneda y la pérdida del poder adquisitivo de los salarios. Eso, ante el aumento general de los precios, se concentró en gastos esenciales.
argumento falaz
“La protección de la industria textil, la restricción de las importaciones y el exceso de regulación hicieron que no hubiera competencia y que los argentinos quedaran atrapados en tener que comprar productos caros y, muchas veces, de baja calidad”, había argumentado el portavoz presidencial, Manuel Adorni. . , para justificar la apertura de las importaciones.
En ese sentido, Meloni se preguntó “si es así, ¿por qué en 2024 cayeron las importaciones de textiles y en 2022 fue nuestro año récord de importaciones y estábamos vendiendo bien? Todo se basa en el mercado interno. Adorni vive de clichés para justificar su ignorancia».
A su vez, Ciolli destacó que las Pymes no somos formadoras de precios, sino «tomadoras de precios y pagamos las consecuencias». Un ejemplo: la industria nacional paga costos dolarizados, como servicios y materias primas que aumentan más que el IPC.
«Si Paolo Rocca dice que Techint no puede competir con China porque el campo de juego no está nivelado, imagínese», dicen los representantes de las pymes.
«En Entre Ríos el sector agrícola no está pudiendo competir con los pollos importados de Brasil. Esto es muy complicado. Y con salarios deprimidos. Estamos ante una industria nunca imaginada«, advirtió Ciolli. «Si no entendemos qué producción y trabajo tenemos para construir la alianza para enfrentar este proceso de desindustrialización, creo que vamos al precipicio«, concluyó el titular del CEEN.
Mientras el Gobierno sostiene que su modelo de libertad comercial genera mayor competencia y menores precios, empresarios industriales y comerciales afirmaron que la rescisión fue el verdadero freno a la inflación. «La situación es delicada, muy delicada. Y no hay interlocutores con el Gobierno nacional para explicar lo que está pasando, y esto ya no lo digo como empresario, sino como argentino», lamentó Jardel.