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Adolfo Benjamin Kunjuk - Diario Personal

En este rincón digital, exploramos la vida cotidiana con un toque de ironía y humor sutil. Entre noticias y reflexiones, vas a encontrar historias que desnudan las contradicciones humanas, todo contado con la cercanía de una charla entre amigos. Desde lo absurdo de la tecnología hasta los grandes temas que parecen manejados por los que menos entienden, aquí las cosas se dicen como son, sin vueltas y con un guiño cómplice.

«El psicoanálisis me ofreció la posibilidad de leer de otra manera» | César Mazza y un exhaustivo cruce entre Freud, Lacan y la literatura

PorOscar Ranzani

Mar 18, 2025



La gran mayoría de los analistas trabajan con la escucha y la oralidad, pero hay otros que lo hacen con la escritura. Este es el caso de César Mazza, autor de Escribir pasajes. Del privado al público (The Mirror Editions), con prólogo de Miquel Bassols. Es un libro que contiene crónicas, testimonios y pensamientos. En la primera parte, «Un analista en la plaza pública», la primera entrada se titula «Salvoconduct», donde se propone intervenir en la ciudad: un rendimiento de lectura en un lugar, la visita a un antiguo centro de detención clandestina de la dictadura cívica-militar de ’76, la crónica de la crónica de los actos de entrega del título de honor del médico causa. En la segunda parte, «Ensayos con Lacan», Mazza establece preguntas sobre la escritura en psicoanálisis, desde Sigmund Freud y Jacques Lacan y su conexión con ciertos autores literarios como Macedonio Fernández, Jorge Luis Borges, Witold Gombrowicz, Juan Filloy y James Joyce, entre otros. Finalmente, en «Clazation of the Writer», reflexiona sobre la escritura como un evento.

Podrías decir eso Escribir pasajes Fusiona testimonios e historias, pero también Mazza reserva espacio para hacer ciertas preguntas. «Se trata de ser llamado la declaración y tratar de hacer las declaraciones o lo que se pueden llamar los pensamientos, lo que uno piensa, las ideas, la tesis que tiene, puede determinarse a partir de ese lugar de la enunciación. Y la enunciación es singular y depende de la experiencia; en este caso, la experiencia como un analizador y la formación que tengo como psicoanalista», dice la mazaza.

-Es el pasaje del privado al público relacionado con usted, en particular, siempre que reflexione sobre sus problemas más personales, pero también sobre los aspectos públicos como analista?

-Exactamente, porque hay El personal deja de ser algo individual, algo privado y es la experiencia de ser parte de un conjunto, de un grupo; En este caso, el colectivo del movimiento psicoanalítico en el Entrevero con los otros discursos que están en cultura.

-El libro consta de tres partes, ¿podría decir que la primera parte tiene que hacer más con el público y el tercero está más vinculado al privado como se trata de escribir?

-Esta fue la apuesta, exactamente, aunque en el primer texto elegí testificar una experiencia en la plaza pública, en una actuación y en el segundo texto tomo la experiencia de un detenido displotado en la última dictadura militar en el campo de la perla, donde esa mujer se aferra a una manta para localizar su lugar político con respecto a lo que es una respuesta al campamento de concentración. Entonces, En la última parte del libro, ensayo reflexione y escriba sobre el evento de escritura en sí.

-Acle del antiguo centro de detención clandestino, se refiere a Cecilia Suzzzara, donde observa, en el marco de una muestra, la manta que la albergaba durante su cautiverio. ¿Cómo se hace esa reflexión en el libro ahora que el gobierno nacional tiene la intención de destruir la memoria histórica?

-Es una marca que es necesaria para continuar recreando y continuar innovando porque La continuidad de este gobierno con respecto a esa tragedia nacional que fue la dictadura obliga a cada ciudadano responsable, comprometido con la democracia de tener que inventar nuevas formas de respuestas..

-En el libro se conecta con grandes autores literarios como Borges, Macedonio Fernández, con Gombrowicz, Joyce. ¿Qué ofreció psicoanálisis para abordar la literatura?

-Se ofreció la posibilidad de leer de otra manera, donde lo eso podría aparecer primero como un impulso de lectura, luego se transforma en un deseo de saber, en un deseo de investigar ciertos procedimientos y ciertas estructuras de obras que son las más interesadas.. Además de los autores que citó, hay otros autores como Juan Filloy. Ha sido un escritor publicado durante algunos años por Bowl of Silver, pero es un editor aún desconocido. Tiene una conexión con Sigmund Freud y un gusto por un trabajo con la carta que está muy cerca del último Lacan.

-En los recorridos por la ciudad, se detiene varias veces en los detalles. ¿Tiene que ver con su trabajo de analista para señalar los pequeños detalles que surgen del inconsciente?

-Yes, fundamentalmente. Existe la frase «Dios habita los detalles». Existe lo más interesante de lo que puede ser la contingencia, el encuentro, las pequeñas cosas que hacen una temporada de la vida para que la vida no se vuelva automática, rutinaria.

-¿Qué es diferente y qué tienen en común a las calles y bares de viaje del libro y las páginas?

-Se, en un momento también aprendí leyendo a Enrique Vila-Matas, quien, entre otras cosas, varias de sus novelas tienen una narración de una calle rue Vaneau, en París. Hay una creación de esa calle desde la ficción. Entonces, en un momento, Es por la lectura que uno puede viajar, podríamos decirlo, una calle.

Escribir pasajes Es un libro que te representa como escritor, pero también de ti como lector. ¿Hay todas sus influencias que lo formaron como lector?

-Yes, implícito y explícito. Eso es lo que también trato de ensayar con el caso de Germán García, Jacques-Alain Miller, Eric Laurent. En Germán García es un caso único porque allí mezclaría psicoanálisis con el ensayo de su escritura, es decir, su trabajo literario, aunque en este caso no tomo tanto el trabajo literario de García, sino el trabajo psicoanalítico. La apuesta, no deslizarse a un tema mimético, a una cuestión de fascinación, es precisamente escribir sobre esa escritura de la lectura.

-El «pasaje» del título debe entenderse de la manera más común, como el pasaje a otra cosa, ¿o hay un tema más del inconsciente en su idea?

-Las dos cosas lo incluyen. Es el paso de otra cosa y es el pasaje de encuesta por un momento de narcisismo y dar lugar al evento del tema del inconsciente, que sería el que escribe, en resumen.

-Al crees que hay más familiaridad que se cree entre el psicoanálisis y la literatura?

-Sando que no hay familiaridad. Si uno se encuentra como lector, como diría Macedonio Fernández, un lector salteado, un lector impuesto, el otro discurso para cada sujeto es el psicoanálisis en sí mismo, y la literatura siempre aparece como «Unheimlich», que es el término que Freud usa para decir «hay algo que no está familiarizado».

-El no familiar, el siniestro.

-No, en caso de que obtengamos el horror, permanecería como algo no familiar, como una extrañeza necesaria y, si lo desea, como un procedimiento para ser utilizado.

-La en relación con eso, ¿cómo funciona la escritura a alguien que está acostumbrado a trabajar con la palabra oral, como analista?

-Lo lo ubico como otro momento del analista. El analista también puede escribir. Y, en un momento, esa escritura implicará un diálogo, Tomando la frase de Qegedo del poema «de la Torre»: «eliminada en la paz de estos desiertos, con pocos libros, pero aprendí juntos, vivo en una conversación con el fallecido y escucho con mis ojos a los muertos». Y, a su vez, es una invención en la que el único está escribiendo. Es un momento de uno que escribe, lo que no significa que uno esté aislado. Es un momento, de la operación de escritura.

-El que siempre escribes como si uno fuera otro?

-Y, es una ficción que he encontrado en varios autores y que precisamente compensar por un momento que podría ser de angustia, un momento de inquietud antes de la página en blanco, me bloqueé en ese lugar que uno podría creer que es otro y luego se da cuenta de que uno está diciendo uno. Que creer era solo una ficción.

-La palabra escrita tiene un sentido de la eternidad, casi se puede decir para siempre. ¿Qué pasa con la oralidad?

-As que debes considerar solo una diferencia porque en la oralidad existe la posibilidad de una dialéctica. Una lectura en voz alta, supongamos, implica que, no importa cuánto esté solo, la voz, el volumen de la escritura ya aparece en otro disco. Es decir, estoy interesado en considerar, al menos, lo que Lacan planteó sobre su Escritos. Borges declaró que la escritura, en un momento, también dependerá de otro que pueda leer. Y ese otro que puede leer, considero que estará en un lugar con respecto a la oralidad. Se ubicará en un lugar donde pueda comentar sobre esa lectura y poner la escritura, si lo desea, en otro estatuto.

-¿Tra la palabra escrita presente pensamientos que tuviste?

-Sí, claro. Figuran algunos pensamientos, hagan otros que parezcan importantes para mí que se pierdan y, a su vez, permitirán, en la contingencia en la que uno está escribiendo, encontrar conexiones inesperadas.

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